¿Qué significa hacer ‘decluttering’ en tu propio espacio digital?

Consejos y trucos

El síndrome de Diógenes, es decir, la acumulación sin criterio, también existe en el mundo digital. Para intentar poner algo de orden hay una acción que podemos realizar. En inglés se llama decluttering. No es la simple eliminación de objetos superfluos: es una actitud orientada hacia lo esencial. En los países anglosajones, esta práctica se ha convertido en una verdadera filosofía de vida y a muchos les gustaría aplicarla también al universo digital.

Decluttering, del espacio físico al virtual

Estamos rodeados de dispositivos tecnológicos y en el mundo digital existe una copia casi completa de nuestra vida física. Por ello cada vez más personas intentan comprender cómo el minimalismo y un uso más consciente de la tecnología podrían ayudarles a preservar el bienestar mental y aumentar la productividad.

Gracias a la influencer y gurú del orden Marie Kondo, el concepto de decluttering lleva ya tiempo estando de moda. Sin embargo, su método KonMari está estrechamente relacionado con el mundo físico: hogares y oficinas. En el territorio de lo inmaterial, en cambio, luchamos contra, al menos, dos enemigos.

El primero es la acumulación: cantidades de archivos, aplicaciones y otros elementos que a menudo no usamos nunca. Algo que no sería tolerado en el mundo físico. Un estudio realizado a nivel mundial por Kaspersky Lab encontró que el 30 % de las aplicaciones instaladas permanecen sin usar. Las más populares pueden consumir hasta 22 MB por día sin interacción. Un tercio de los usuarios solo borra aplicaciones y documentos inútiles ocasionalmente, mientras que el 13 % no lo hace nunca. Y todo esto sin contar la cantidad de emails en nuestra bandeja de entrada.

El segundo enemigo es nuestro uso compulsivo de dispositivos y apps que nos impide alcanzar el nivel de concentración necesario para lograr objetivos más ambiciosos. Hace dos años, el ‘Informe anual de tendencias de internet’, publicado por Mary Meeker, socia de Kleiner Perkins, descubrió que en promedio un adulto pasa casi seis horas al día en los medios digitales, más del doble que hace 10 años.

Problemas relacionados con la adicción digital

Lo interesante de observar es que incluso antes de la llegada de los teléfonos inteligentes, en 2005, un estudio realizado en el King’s College de Londres descubrió que la distracción causada por los teléfonos y los correos electrónicos había provocado una caída de 10 puntos en el coeficiente intelectual. Los estudios también han identificado un daño a los procesos de pensamiento para la resolución de problemas, la atención y el aprendizaje, debido a una creciente adicción a internet.

Ya existe un importante número de investigaciones que ha examinado las implicaciones de nuestra adicción a las tecnologías digitales. ¿Qué hacer? El profesor asociado de Ciencias de la computación de la Universidad de Georgetown, EE. UU. , Cal Newport, es un defensor del minimalismo digital. O, más bien, de elegir una vida más centrada en un mundo ruidoso. Una forma de decluttering espiritual.

Entre otras cosas, sugiere una desintoxicación de 30 días, un período de prueba en el que se eliminan todas las tecnologías no esenciales para ver cómo esto puede afectar nuestras vidas. Newport cree que los mejores resultados se pueden lograr al centrar nuestra atención en menos actividades significativas. De hecho, el profesor considera que podríamos llegar a ver los smartphones de la misma manera con la que vemos los cigarrillos, especialmente para los usuarios más jóvenes.

Una ayuda para el acumulador digital

En el extremo opuesto del minimalismo digital está el desorden digital. Este problema tiene un claro paralelo físico en el acaparamiento, un trastorno reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta considera más eficaz tratar de prevenir la acumulación que convencer a un acumulador de que renuncie a sus propiedades. Según los expertos, hay cuatro identidades de acumuladores digitales:

Hay formas sencillas de ayudar a las personas a tratar los espacios digitales con el mismo respeto que tienen por los espacios físicos. Por ejemplo, sugerirles las mismas preguntas que nos hacemos en el mundo físico: ¿por qué guardo este archivo o fotos en mi móvil? ¿Tiene que ver conmigo hoy? ¿Me representa? ¿Qué sentiré al deshacerme de este archivo? ¿Cambiará algo realmente?

Por otro lado, los gigantes tecnológicos están tomando medidas para fomentar el orden digital. Por ejemplo, existe Files Go de Google, que permite a las personas eliminar todo tipo de archivos de una sola vez. O Unroll.me, una excelente manera de darse de baja de las listas de correos. Un entorno ordenado nos ayuda a pensar mejor.

Por Alberto Barbieri

Imágenes | Ilya Pavlov/Unsplash https://unsplash.com/photos/hXrPSgGFpqQ, Sarah Browni/Unsplash https://unsplash.com/photos/oa7pqZmmhuA, David Bruno Silva/Unsplash https://unsplash.com/photos/Z19vToWBDIc   

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