Paciente Conectado: la comunicación que ayuda a curar

RSC

Durante la etapa más dura de la pandemia provocada por la COVID-19, la Fundación Orange llevó a cabo diferentes iniciativas colaborativas junto con ONG, asociaciones y hospitales para “conectar” a los pacientes y personas mayores con sus familias.

Gracias al proyecto #PacienteConectadoCovid19 de la Fundación Orange se distribuyeron más de 10 000 dispositivos con internet en la primera ola y 2500 tarjetas SIM durante la segunda en 1500 hospitales y residencias de ancianos de toda España para que todas esas personas pudieran comunicarse con los suyos. 

Desde la Fundación Orange, Angélica Bautista y Esther González han sido las responsables de llevar el proyecto adelante desde su concepción. Tras la gratificante experiencia, nos cuentan que el origen de la idea fue asegurar la conectividad, pero las redes y los hospitales les hicieron llegar la nueva necesidad: conectar a los pacientes y los ancianos aislados con sus familias y el mundo exterior. 

Angélica Bautista y Esther González

– ¿Cómo surgió la idea de repartir dispositivos y tarjetas SIM en hospitales y residencias? 

Como empresa de telecomunicaciones que somos, nuestro primer objetivo al comienzo de la pandemia fue asegurar la conectividad para todos. Durante el confinamiento nuestras casas se convirtieron en oficina, escuela, centro de ocio… Pronto nos dimos cuenta de que esta situación crítica lo era aún más para los colectivos vulnerables y para aquellos que, como los pacientes, tenían dificultades de comunicación debido a la emergencia sanitaria

Dicho y hecho, comenzamos a pensar cómo podíamos desde Orange y desde su fundación contribuir para paliar, al menos en parte, los efectos de esta situación tan extraordinaria. Siempre tuvimos claro que nuestra mejor forma de contribuir sería haciendo lo que mejor sabíamos hacer, que es llevar la tecnología a las personas.

– ¿Fueron las noticias, alguna experiencia personal o los sanitarios quienes les hicieron llegar esta necesidad como única manera de comunicar enfermos y familias?

Vimos la necesidad a través de nuestros contactos con entidades y fundaciones. Desde Fundación Orange llevamos muchos años trabajando con hospitales y ellos mismos nos indicaron que había surgido una nueva necesidad debido a la pandemia: todos esos pacientes que tenían que estar aislados y que no podían contactar con sus seres queridos. 

Además, desde un punto de vista psicológico, también influía en el retraso de su recuperación clínica. Y en la misma situación estaban también los ancianos y ancianas en las residencias, que tenían que ser confinados y no podían recibir las visitas de sus familiares. Nos pusimos en marcha y comenzamos el proyecto #PacienteConectadoCOVID-19.

-¿Qué otras entidades han colaborado con este proyecto de la Fundación Orange?

Recibimos la colaboración de las consejerías de Sanidad y de Asuntos Sociales de las comunidades autónomas, que nos ayudaron a canalizar de la mejor forma estas solicitudes y a que pudiéramos hacer nuestra misión: acercar a todos a lo importante en sus vidas. Una vez más se ha demostrado que la buena colaboración público-privada da sus frutos y ayuda a conseguir los objetivos de progreso social y sostenible, que son las metas marcadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

– ¿Qué impacto ha tenido y cuántas personas se han visto beneficiadas? 

Desplegamos el proyecto por hospitales y residencias de toda España, hasta esos más de 10000 dispositivos que distribuimos; además, en muy poco tiempo. Y de ello se han beneficiado más de 95 000 personas de modo directo y un total de 189 000 de modo indirecto, repartidas entre 412 residencias de mayores y más de 700 hospitales de toda la geografía española.

– ¿Cómo se realizó el operativo del reparto de dispositivos?

Se volcaron todos los equipos implicados y se aplicaron innovadoras formas de llevarlo a cabo (metodologías de trabajo agile; trabajar por proyectos, por equipos, priorizando…). Y en remoto. Debido a la urgencia, de forma muy especial, la iniciativa ‘Paciente Conectado’ requería de agilidad, sincronización y detección rápida de las posibles mejoras al momento para aportar soluciones inmediatas y eficaces. Así ha sido posible alcanzar los objetivos que surgían ante las demandas de hospitales, residencias y consejerías. 

– ¿De dónde salieron los 10 000 dispositivos? ¿Se han quedado con ellos los pacientes?

Estos dispositivos fueron suministrados por Orange y también por socios como Zurich, cuya disposición a colaborar queremos reseñar. La donación estaba inicialmente destinada a paliar la urgencia de todos esos pacientes aislados por COVID-19, aunque posteriormente también se han seguido utilizando por centros y administraciones para otros pacientes que también necesitan de esa conectividad.

– Como responsables, ¿qué casos concretos recuerdan como los más emotivos o gratificantes?

La verdad es que son muchos y sería difícil enumerar todas las situaciones que hemos vivido, a cuál más emocionante. Esos padres que podrían ver a su hijo recién nacido, que no podían tener con ellos en el hospital por la emergencia de la COVID-19; esos abuelos y abuelas riendo por poder ver a sus hijos y nietos, aunque fuera por una pantalla; enfermos de parálisis cerebral, para los que ese estímulo externo es tan importante, y que lo podían seguir teniendo gracias a la tecnología. O momentos más duros, pero muy importantes, como los de esos enfermos que se despidieron de los suyos de la única forma que era posible en lo peor del confinamiento. En todos ellos, del más feliz al más duro, apreciamos haber podido brindar nuestra ayuda.

– ¿Hay alguna iniciativa en ese sentido que continúe en el ámbito sanitario o en el de la educación?

Los proyectos de la Fundación Orange siempre están orientados a usar la tecnología para mejorar la vida de las personas. Y durante la crisis sanitaria, por ejemplo, fue clave apoyar al sector de la salud y a los pacientes. Pero la pandemia sacó a la luz otras carencias relacionadas con el acceso a la tecnología y la falta de competencias digitales por parte de determinados colectivos en riesgo en la sociedad, fundamentalmente mujeres y jóvenes. 

Por ello, desde la Fundación Orange vemos fundamental dar soporte en el desarrollo de estas competencias. Hemos creado una plataforma educativa digital llamada Orange Digital Center que, de forma gratuita, facilita el desarrollo de las competencias digitales de jóvenes y mujeres en riesgo y con baja empleabilidad. La plataforma también proporciona recursos educativos a los profesionales del autismo para mejorar la calidad de vida de este colectivo. Asimismo, no se olvida de temáticas tan relevantes como el cambio climático, el emprendimiento y el uso responsable de las tecnologías.

Con agradecimiento, las responsables del proyecto, Bautista y González, destacan la importante colaboración que han tenido de los propios enfermeros, enfermeras, y cuidadores a la hora de facilitar al paciente la conexión con su entorno, con el acercamiento del dispositivo móvil al enfermo y la obligada coordinación con los familiares del momento más adecuado para llevar a cabo los encuentros tan importantes para aportar cercanía a los suyos, aunque fuera virtuales.

Por Marián Álvarez Macías

Imágenes | Fundación Orange

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