Humanidades digitales: cuando la filosofía se encuentra con lo digital

Innovación

Las humanidades digitales (HD), en inglés Humanities Computing o Digital Humanities, son un campo de estudio, investigación y docencia que surge de la unión de las humanidades y la informática. Incluye el análisis y la difusión del conocimiento a través de medios digitales. Quienes estudian humanidades digitales, además de contar con una sólida formación humanística, saben manejar los contenidos culturales con las herramientas informáticas adecuadas.

En pocas palabras: se trata de hacer el trabajo de los humanistas pero con herramientas computacionales. Por ejemplo, un análisis estadístico de los pronombres ‘y-’ y ‘th–’ en la obra de Shakespeare. Un estudio matemático de la evolución de la literatura. Una representación formal de una novela o guion. En realidad, se trata de poner las ciencias humanas en conjunción con las de la computación. Con el objetivo de comprender los cambios que ha traído y traerá la revolución digital.

Un artículo del profesor Matthew G. Kirschenbaum, de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), destaca dos problemas. Las humanidades digitales eluden una definición precisa y también es difícil pensar en ellas como una verdadera disciplina. El espectro de sus estudios es demasiado amplio, tanto, que los límites se vuelven indefinidos. Se trata de entender qué les sucede a las llamadas humanidades cuando entran en contacto con el mundo digital

Una disciplina emergente con una definición efímera

En 2010, en el ‘Manifiesto de las Humanidades Digitales’, se definieron como “una interacción intensa y multinivel de las tecnologías digitales en todos los procesos de investigación, desde la recopilación de datos hasta la publicación”. La definición completa propuesta por el manifiesto es la siguiente. 

  1. El giro digital emprendido por la sociedad modifica y cuestiona las condiciones de producción y difusión del conocimiento.
  2. Para nosotros, las humanidades digitales abarcan todas las ciencias humanas y sociales, las artes y las letras. No hacen un barrido limpio del pasado. Por el contrario, se basan en todos los paradigmas, habilidades y conocimientos propios de estas disciplinas, movilizando las herramientas y perspectivas particulares del campo digital.
  3. Las humanidades digitales designan una transdisciplina que trae consigo métodos, dispositivos y perspectivas heurísticas relacionadas con lo digital en el campo de las ciencias humanas y sociales.

Una disciplina autónoma que crece a un ritmo sostenido. De hecho, en los últimos años, las humanidades digitales han experimentado un importante desarrollo, con el nacimiento de cursos universitarios especializados, másteres y doctorados. Además de un incremento en la producción de artículos, monografías y ensayos.

La infografíaQuantifying Digital Humanities’, preparada por Melissa Terras del University College London (Reino Unido), confirma esta expansión. Las HD se presentan como un área interdisciplinaria que está tomando la estructura de una disciplina autónoma y que puede ser estudiada y enseñada. 

La definición de la disciplina se vuelve crucial y es importante que se actualice de forma continua. Quizás sea por eso que cada año se les pide a los participantes en el Día de las Humanidades Digitales que propongan una definición personal. Estas son algunas de las respuestas más interesantes.

¿Son las humanidades digitales una revolución?

En esencia, las HD son una rama avanzada de las humanidades que utiliza herramientas computacionales para el estudio de temas antiguos y nuevos. Al mismo tiempo, buscan renovar la práctica de la investigación en humanidades. En un artículo de Jim Leach titulado ‘The Revolutionary Implications of the Digital Humanities’, el autor explica que: “Ha comenzado una revolución donde la ciencia y la tecnología se fusionan con las humanidades […] De hecho, ha sido gratificante ver a la nueva ola de humanistas derribar las barreras entre la ciencia, la tecnología y las humanidades […]”. 

Si esto no fuera suficiente, Leach concluye el artículo de la siguiente manera: «Podría ser que el desarrollo de una ‘Nueva Clase Digital’ y la base de conocimiento disponible de forma global a través de las humanidades digitales proporcionen un impulso a la civilización de las relaciones humanas. El conocimiento, después de todo, inocula contra la intolerancia y sirve como un poderoso antídoto contra el despotismo”.

Como casi todos los aspectos relacionados con la introducción de nuevas tecnologías, también en este caso nos encontramos ante un choque entre tecnófilos y tecnófobos. Por un lado, los partidarios de las nuevas posibilidades que ofrece lo digital. Por el otro, los que se oponen porque ven unos antiguos ideales que se doblegan a las modas.

Las humanidades digitales, en realidad, pueden ser un simple medio al servicio de las humanidades. En este sentido, la palabra digital pronto se volverá superflua y condenarlas sería execrar una herramienta que, en sí misma, ofrece grandes posibilidades. Si no es posible ni deseable poner límites a los desarrollos tecnológicos, sí es necesario situarse de manera reflexiva y favorecer un uso consciente y crítico. Este sea quizás el propósito más interesante de las HD.

Por Alberto Barbieri

Imágenes | Milad Fakurian/Unsplash, Ashwin Vaswani/Unsplash, NIKLAS LINIGER/Unsplash

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